En los tiempos del réquetepum, circa 1975-76, aquellos del siglo pasado en que yo no había dirigido mi mente hacia la geografía mundial, me ocurrió que tuve un jefe muy inteligente e ilustrado. En realidad, no era mi jefe directo sino el gerente del banco donde trabajaba quien ocasionalmente pasaba por la oficina donde yo habitaba tratando de aprender a manejar una máquina sumadora, sin cinta de papel, lo suficientemente rápido como para darle a un cliente el saldo de su línea de crédito instantáneamente durante una llamada telefónica.

Como correspondía, le tocó irse de vacaciones con su familia, pero en lugar de visitar el país, o países de donde provenía se fue para Australia. Regresa de su largo viaje y pasa a saludar, no muy efusivamente porque era bastante parco, pero compartió saludo al fin. Yo, de bestia, le digo “pero Sr. X, ¿usted qué fue a hacer a Australia, a ver canguros? Mirada de fuego se dirigió hacia mí con estas palabras “usted sabe que Australia es el único continente en que se dan las cuatro estaciones a la vez”. Yo no tenía la más remota idea si esta aseveración era cien por ciento cierta o no, así es que no me quedó más remedio que creerle y después de almuerzo apareció en mi escritorio un libro de mesa hermoso que se llamaba… adivinaron… “Australia”.

No recuerdo si en aquel momento aprendí todo lo referente a tan bello país/continente, pero lo que sí se me grabó es que no se vale hacer preguntas tontas. Con el tiempo y los fragmentos de sabiduría que fueron llegando a mí, se fue despertando una sana curiosidad por ese destino, la cual quedó archivada en el cajón de los sueños puesto que está, no lejos, lejísimo y llegar allá cuesta varios meses de salario.

Dando vueltas por ahí descubrimos un camino para llegar sin dejar todos los ahorros de la jubilación en la mesa y pues reservamos un viaje a principios del año pasado que se fue pagando a plazos. Les escribo esta historia antes de irme como si ya me hubiera ido pues nuestra partida el 4 de febrero nos pone en el destino final el jueves 6 del mismo mes, es decir, un día antes del viernes en que algunos de ustedes estarán leyendo este texto.

Trataré de mantenerlos informados, aunque con una diferencia de 16 horas entre aquí y allá quien sabe cuanto tiempo me tomará entender en qué día vivo. El viaje se concentra en el lado oeste del país y podremos visitar muchas de las maravillas naturales que ofrece. Viajamos mi esposo, su hermana con su esposo y mi ahijada y partimos muy confundidos con la lista de empaque porque en algunos sitios calientísimo, en otros hay probabilidades de lluvia, de noche que se pone fresquito y, más lueguito en Nueva Zelanda, tipo Boquete/Volcán. Ya les contaré como me va con eso.

Si todo ha transcurrido según los planes hoy debemos estar explorando el Great Barrier Reef lo cual me hace mucha ilusión… to be continued.

* Las opiniones emitidas en este escrito son responsabilidad exclusiva de su autora.

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