En la vida, uno de los grandes desafíos es saber cuándo irse, de una fiesta, de una reunión, de un grupo, de un trabajo, de una relación.
Muchas veces hay momentos en los que sentimos una inquietud sutil, una señal interna que nos susurra que es tiempo de un cambio. A veces sucede con un viejo grupo de amigos o colegas también, o en una larga relación.
No siempre es una crisis o un descontento extremo; a veces, es una simple sensación de que hemos completado un ciclo, de que ya no estamos creciendo, o de que nuestra energía no fluye con la misma armonía. Saber cuándo es momento de irse es una habilidad crucial, un acto de liderazgo consciente hacia nuestra propia vida.
La incertidumbre, tal como exploramos en mi workshop de “Gestionando la Incertidumbre”, es una constante. Sin embargo, cuando esa incertidumbre se arraiga en una sensación persistente de estancamiento o desalineación, se convierte en una señal. Puede que incluso comiences a sentirte desganada, desmotivada, sin ánimo para encarar el día.
Aquí te propongo algunas estrategias para reconocer si estás en el umbral de una transición:
1. No encuentras sentido a lo que haces en este momento:
Al inicio de una carrera o un proyecto, el propósito es claro, la pasión nos impulsa. Pero, ¿qué sucede cuando esa chispa se atenúa? Si te encuentras preguntándote “por qué estoy aquí” con más frecuencia de lo que encuentras respuestas, o si tus valores fundamentales, es una señal poderosa y es un drenaje silencioso de tu energía vital.
2. Te encuentras estancada:
La zona de confort puede convertirse en una trampa. Si dejas de aprender, de sentirte desafiada, de adquirir nuevas habilidades, o si las oportunidades de desarrollo son nulas, es probable que hayas alcanzado una meseta. El crecimiento personal y profesional es esencial para mantenernos motivadas y relevantes. Cuando la rutina anula la curiosidad, es momento de buscar nuevos horizontes donde puedas seguir expandiéndote.
3. Tu cuerpo y mente hablan:
Nuestro cuerpo es un sabio mensajero. Dolores crónicos, fatiga persistente, ansiedad elevada, dificultad para dormir, o una constante sensación de tensión pueden ser indicadores claros de que algo no está funcionando. Escuchar estas señales físicas y emocionales es un acto de autoconocimiento y autocuidado.
4. El silencio de la conexión:
Si sientes que has perdido la conexión con tus colegas, con la visión de la empresa, o incluso con tu propia intuición, es una señal. La despersonalización, la falta de pertenencia o la dificultad para comunicar tus ideas de forma auténtica, pueden indicar que el ambiente ya no nutre tu sentido de comunidad y colaboración.
5. Tu voz interna como guía:
Si tu intuición te dice que es momento de un cambio, incluso si no tienes todas las respuestas o si el camino no es claro, préstale atención. Como fue mi caso al reinventarme hace unos años. La decisión de partir, de abrazar lo nuevo, es a menudo un salto de fe en uno mismo.
Decidir irse no es un signo de fracaso, sino de valentía y autoconciencia. Es una oportunidad para realinear tu camino con tu propósito, tus valores y tu deseo de crecimiento.
¿Estás lista para el próximo capítulo?
¡Buen fin de semana!