No sé si existe, pero alguien bien podría escribir un recetario de dulces de Semana Santa que se saborean en Panamá. Si se mira por encima, parece contradictorio que preparemos comidas con azúcar ¿postres? para la Semana Mayor.
Para los cristianos, Jesús entregó su carne por el perdón de los pecados y por ello, se abstienen de comer carne durante la cuaresma, sobre todo los viernes.
La abstinencia y el ayuno han sido parte de las tradiciones de esta época y si bien de alguna forma habrán variado a lo largo de las épocas, se ha mantenido la tradición de frutas en conservas y otros dulces.
Alguna vez llegué a probar la famosa conserva de marañón, de la que muchos me han hablado. Mi cuñada se jacta de su conserva de papaya.
En mis recuerdos está el arroz con dulce de mi abuela. Un arrocito amelcochado por gracia de la raspadura y endulzado con especias como la canela, el anís y el clavo de arroz. Mi abuelo estaba muy pendiente de que en casa se contara con los ingredientes para su preparación. Incluso en sus últimos años cuando pasaba la mayor parte del tiempo en su hamaca de trasmallo.
Comer ese arroz era algo casi tan sagrado como ir a la procesión de Viernes Santo. También era costumbre preparar cocadas, que es un postre que lleva coco rallado, raspadura y con suerte, pepitas de marañón.
Si bien las cocadas se venden de manera comercial, no he visto ventas de arroz con dulce.
Ven porque insisto en que necesitamos un recetario de dulces de Semana Santa. Allí también tendría que incluirse el pan bon, aunque se puede comer el resto del año, en Semana Santa se convierte en un imprescindible para muchos panameños.
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