Mi vida ha cambiado, ya me lo habían dicho; pero nunca me imaginé que se sintiera un cambio tan radical. ¡Convertirte en mamá cambia tu mundo por completo!
Esa Sheldry acostumbrada a estar en movimiento 24/7, tiene tres meses enfocada en una pequeñita hermosa y aunque estoy profundamente agradecida por la oportunidad que he tenido de poder dedicarle tiempo a mi bebé durante estos primeros meses de vida, sí estoy trabajando en retomar mi vida laboral poco a poco.
Aunque no les niego que, como mamá primeriza, aún todo se ve confuso, porque mis horarios son un poco impredecibles y ha sido todo un proceso adaptarse, por eso aquí te comparto algunos consejos prácticos (y realistas) que he aplicado como independiente para volver a mi ritmo laboral sin dejar de honrar mi nueva versión como mamá:
Ten una red de apoyo:
Por mucho que quieras, no puedes hacerlo todo sola, y contar con una red de apoyo es super importante para abarcar más, desde tener a alguien que te ayude con tu bebé, hasta un equipo de trabajo que te facilite las cargas laborales.
¡Recuerda que en equipo se llega mas lejos!
Tu mamá, hermana y hasta amigas también pueden ser parte de esa red de apoyo.
Organízate con los horarios:
No necesitas hacer todo al mismo tiempo. La clave está en priorizar y distribuir tus horas con intención. Puedes apoyarte en una agenda para distribuir tu tiempo y visualizar tu semana. ¡La organización se ha vuelto más importante que nunca!
Y acomoda tu rutina según tu bebé y tu energía, cada bebé tiene su ritmo… y tú también. Si las mañanas son más tranquilas, aprovéchalas para tareas que requieran más concentración. Si tu energía fluye mejor en la tarde, organiza esos bloques para trabajar.
Sé flexible:
¡No te frustres! No hay un manual definitivo de cómo hacer las cosas ni un orden específico, lo importante es avanzar y que tú te sientas tranquila de que estás haciendo lo mejor que puedes con lo que tienes. A veces simplemente hay que fluir con lo que va surgiendo y entender que las etapas nos cambian la vida.
Prepárate:
Con el paso del tiempo uno va conociendo un poco la rutina, puedes preparar con antelación algunos detalles que te darán más calma:
Dejar lista la pañalera, hacer un banquito de leche, y tenerle una rutina a tu bebé para que haya más estabilidad con el horario.
Revisa tus pendientes del día siguiente y define tu top 3 de prioridades.
Apóyate de la tecnología, desde el teléfono y la computadora se pueden resolver muchas cosas.
Trabaja inteligentemente:
Esta etapa te enseña que el tiempo es oro. Por eso, enfócate en lo verdaderamente importante, no en el exceso. Elimina distracciones o tareas sin sentido.
No se trata de hacer todo, sino de hacer lo que de verdad te está aportando a tu crecimiento.
Volver al trabajo no significa dejar de ser mamá, y ser mamá no significa dejar de perseguir tus sueños. Esta nueva versión de ti está aprendiendo a equilibrar con amor, a ser más estratégica y a honrar sus tiempos.
¡Poco a poco!
Besos,
Sheldry