El Festival de Diablos y Congos de Colón es un recordatorio de la resistencia a la opresión española, a quienes se les responsabiliza por la esclavitud de los negros africanos.

El diablo representa el mal, cuentan algunas historias, que el “hombre blanco” era llamado diablo, se convirtió en un castigador de seres humanos, la ambición y la codicia por las riquezas de los territorios invadidos (ya estos estaban descubiertos por sus habitantes nativos), los llevaron a masacrar a muchos negros e indígenas, a violar a sus mujeres y a matar a sus hijos.

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

¿Bárbaros?, muchas historias los definen así. En estas anécdotas nos encontramos muchos caribeños y nos conectamos en esa misma impresión de los hombres de aquellos días.

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

El Festival de Diablos y Congos me fascinó, lo vistoso de sus colores, lo imponente de los vestuarios, ¡y ese tambor!, ¡Dios mío ese tambor!

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

Fue mi primera vez en este festival. Ir a Colón es una manera tan hermosa de impregnarme de su cultura. Siempre quedo con ganas de regresar porque es que las historias continúan... y continúan. Le doy la razón a mi admirada Sandra Eleta el día que se enamoró de Colón. Es inevitable.

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

Les comparto aquí un poquito de esa experiencia del Festival de Diablos y Congos en su edición número 14 celebrado el pasado 3 de mayo en la ciudad de Portobelo, una emocionante travesía que viví gracias al Ministerio de Cultura y la Autoridad de Turismo de Panamá. Ansiosa de poder regresar en otra oportunidad.

La Unesco reconoció en 2018 las expresiones, rituales y festividades de la cultura Congo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

La celebración se desarrolló en los alrededores del edificio de la Aduana y el Parque de Portobelo.

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón

Tambor, máscara y libertad ancestral

Foto: Janín Gastón