El azul del mar me atrapó desde el primer instante. El día de mi llegada a Curacao Marriott Beach Resort, me adentré enseguida a la playa. Un pequeño pez comenzó a nadar a mi alrededor. Fue la primera señal de que este viaje sería un encuentro cercano con la naturaleza en estado puro, en una isla donde el papiamento convive con el neerlandés, el inglés y un poco de español.
La experiencia comenzó incluso antes de llegar a mi habitación. El acceso al resort conduce a una impresionante estructura de columnas blancas que enmarca, al fondo, el horizonte del Caribe. La entrada desemboca en el Great Room, un espacio abierto que combina áreas de descanso, mesas bajas y vistas directas al mar y a una de las piscinas del resort.
Curacao Marriott Beach Resort está ubicado a 15 minutos del Aeropuerto Internacional Hato y a cinco minutos del centro histórico de Willemstad. Cortesía
El Great Room cautiva desde la entrada del resort. Cortesía
Justo al lado del Great Room están dos de las propuestas gastronómicas que alberga el resort: Izakaya Bar & Sushi, con platillos de la cocina japonesa; y Zala Gastro Bar, con menú de cócteles artesanales en un ambiente relajado. Hay dos restaurantes más: Çspice, donde disfruté de desayunos bufet y a la carta; y Salty Iguana Ocen Grill, donde tuve una cena en la playa la primera noche. El Papiamentu Marketplace (una cafetería situada en el camino hacia mi habitación) es ideal para un café o un antojo rápido.
El resort cuenta con 328 habitaciones y ocho suites. La mía tenía balcón con vista al mar. También tiene dos piscinas: una familiar, y otra llamada Serenity Pool, exclusiva para adultos. Hay gimnasio y club infantil.
Una foto en la playa del Curacao Marriott Beach Resort justo antes del atardecer.
En el extremo oeste de la playa está Goby Divers, que ofrece esnórquel de cortesía y actividades de buceo. Comprometidos con la sostenibilidad, el resort alberga un vivero de corales, construido por la fundación Reef Renewal Curaçao en asociación con Goby Divers.
En cada rincón de Curacao Marriott Beach Resort, el mar es protagonista. Una experiencia que no solo se vive, sino que se respira.
