La capacidad para adaptarse a cualquier contexto, del más relajado al más formal, los convierte en una pieza clave del vestuario contemporáneo que se redefine en colores, materiales y diseños.

De la Versalles a Marilyn Monroe

El origen de los mules se remonta a la Antigüedad, pero fue en la Francia del siglo XVI cuando adquirieron popularidad entre las élites.

Asociados al lujo y a la intimidad de los palacios, eran usados principalmente como calzado de interior. Su uso público fue ganando terreno con el tiempo, aunque se mantuvieron ligados a una imagen sensual y refinada.

Durante el siglo XVIII, los mules eran habituales en los retratos de la aristocracia europea, símbolo de un estilo de vida hedonista.

A lo largo del siglo XX, Hollywood jugó un papel clave en su renacimiento. Actrices como Marilyn Monroe los llevaron con glamur, dotando a este zapato de un nuevo imaginario de sofisticación y poder femenino.

Mules: el zapato cómodo que desafía las temporadas

Firmas nicho y otras de lujo se suman a este diseño de zapato. Foto cedida por MyTheresa

En los años 90, los mules volvieron a vivir un momento estelar. Diseñadores como Manolo Blahnik y Prada los reintrodujeron en las pasarelas, reinterpretando su silueta clásica con materiales lujosos y acabados escultóricos.

Desde entonces, se han convertido en una constante en las colecciones de temporada. Hoy son sinónimo de versatilidad y se llevan planos o con tacón, en versiones minimalistas o decoradas, piel, rafia, terciopelo o caucho.

Esta diversidad ha permitido que diseñadores de todas las estéticas los incluyan en sus colecciones, adaptándolos a los códigos de cada marca: de Prada a JW Anderson, el modelo aparece en distintas firmas.

Toni Pons, firma catalana especializada en calzado artesanal, ha sabido incorporar el mule a su identidad mediterránea a través de materiales como la lona, el yute o el serraje, logrando un equilibrio entre frescura y elegancia.

Birkenstock, conocida por su enfoque funcional, ha sabido reinventarse con modelos que conservan su icónica suela ergonómica y la combinan con siluetas más depuradas.

Sus mules, cómodos y estructurados, se han convertido en los favoritos del estilo relajado con aire escandinavo. El modelo Boston es ya un clásico reinterpretado cada temporada.

Zoë Kravitz o Hailey Bieber

Las celebridades también han contribuido a consolidar este fenómeno. Desde Kendall Jenner a Zoë Kravitz, pasando por Gigi Hadid o Hailey Bieber, los mules aparecen con frecuencia en sus estilismos urbanos.

Ya sea con vaqueros, trajes o vestidos vaporosos, se integran sin esfuerzo en distintos códigos estéticos.

Kendall Jenner, por ejemplo, los ha lucido en más de una ocasión con pantalones de pinzas y blazers “oversize”, apostando por mules planos de estética depurada, y Gigi Hadid los combina con prendas más casual.

Zoë Kravitz es otra de las grandes defensoras del mule, al que incorpora en sus estilismos de aires bohemios con versiones en cuero, en tonos neutros o tierra, que armonizan con vestidos fluidos o prendas vintage.

Hailey Bieber, más urbana, apuesta por modelos con tacón cuadrado y punta afilada, mientras que Harry Styles, siempre dispuesto a desafiar los códigos de la moda, ha optado por ellos en alfombras rojas.

Moda sin género

Mules: el zapato cómodo que desafía las temporadas

También existen en versiones más formales. Foto cedida por Studio AO

Los diseñadores no han pasado por alto esta evolución del mule hacia un calzado sin género. Cada vez más colecciones incluyen versiones neutras que se adaptan a diferentes morfologías y estilos.

Otra razón de su éxito es la comodidad. En un momento en el que se valora tanto el bienestar como el estilo, los mules cumplen con ambos requisitos.

Se calzan fácilmente, permiten que el pie respire y, en sus versiones ergonómicas, ofrecen un confort superior al de otros zapatos más estructurados.

Los mules responden al ideal contemporáneo de simplicidad refinada. No necesitan grandes ornamentos para destacar: su corte limpio y su forma abierta hablan de una elegancia serena.

Este tipo de belleza sobria ha sido especialmente celebrada en los últimos años, en parte gracias al auge del estilo lujo silencioso.

Su capacidad de adaptación a las estaciones también juega a su favor. Si bien son sinónimo del entretiempo, pueden llevarse en verano con tejidos ligeros o en invierno con calcetines de lana gruesa, como sugieren las pasarelas escandinavas.

Incluso el mundo de la moda nupcial los ha adoptado. Muchos diseñadores proponen mules como calzado para novias modernas que priorizan la comodidad sin renunciar al estilo.

En raso, con pedrería o en tonos pastel, son una opción original para bodas relajadas, civiles o celebraciones al aire libre.

En el universo digital, su popularidad se refleja en las redes sociales. En Instagram y TikTok, “influencers” y estilistas los recomiendan como pieza clave del vestuario cápsula.

También hay un componente nostálgico. Muchas personas asocian los mules a épocas pasadas, especialmente a los años 90 o a los estilismos de sus madres.

 Su historia, su evolución y su reinvención constante los convierten en un calzado icónico, versátil y lleno de posibilidades. Desde los pasillos de Versalles hasta las calles de Brooklyn, siguen marcando el paso con estilo propio.