Nuda Vida es el nombre de la colección que el diseñador colombiano Ricardo Pava, presentó esta semana en Bogotá. Su propuesta se inspira en la migración, específicamente, en el peligroso tránsito que se da a pie por la selva del Darién, región fronteriza entre Panamá y Colombia.
En la pasarela, Pava presentó una colección de chaquetas, pantalones y trajes todos masculinos de color oscuro en su mayoría; que apelan a los tonos que, según el diseñador, recorren los migrantes en su paso: “azul Necoclí”, “verde Tropical”, “gris asfalto” y “petróleo” forman parte de su paleta de colores. Los modelos lucían zapatillas y botas desgastadas.
En un video en sus redes sociales Pava habló de la colección de la siguiente manera: “Hace dos años, una experiencia difícil que vivió mi hija me confrontó con la vulnerabilidad, la resiliencia y la dignidad de quienes se ven forzados a migrar. Comencé a investigar sobre esta realidad y formé un equipo con la Fundación de Apoyo al Migrante (sic) en Colombia para crear no solo una colección artística, sino también generar un impacto social. Nuda Vida presenta las prendas como una capa íntima que refleja nuestros miedos y esperanzas. Es un llamado a dejar atrás la indiferencia y a que el privilegio no nuble la empatía”.

Quién es Ricardo Pava
El diseñador colombiano tiene tres décadas en la industria de la moda, especializado en ropa masculina. Vistió al presidente Iván Duque, en su toma de posesión en 2018. En 2014 diseñó los trajes formales que usaron los jugadores y el cuerpo técnico de la selección de Colombia, clasificado al mundial de Brasil.
Pava ha recibido varios reconocimientos por su trayectoria. Días antes de la semana de la moda bogotona, que es organizada por la cámara de comercio de la ciudad, recibió una distinción “por su valioso aporte al arte, la cultura y la identidad creativa de la ciudad”. En ese mismo evento ya se sabía cuál era el tema de la colección y había empezado a recibir críticas.
La polémica
En Colombia La liga contra el silencio que se presenta como una plataforma periodística para dar voz a temas que reciben menos coberturas, señaló al diseñador por hablar sobre migrantes ilegales (un término que los defensores de derechos humanos rechazan por criminalizan la migración), además de mostrar el color del barro y la precariedad como una inspiración para prendas de lujo, sin ofrecer una empatía real con la población migrante.
El País de España tituló en una nota de su web: El diseñador Ricardo Pava enfrenta críticas por inspirarse en la tragedia del Darién para su nueva colección. En el artículo se cita una entrevista al fotógrafo Federico Ríos, cuya una de sus fotos tomada en Darién y publicada en The New York Times, fue colocada en el mooboard (muro de inspiración) como referente del color Terra. El fotógrafo dijo haberse contactado con el equipo de Pava, molesto por el uso de su foto como referencia. Agregó, que si bien el arte está llamado a hacer reflexionar sobre los temas de actualidad, debe hacerlo de manera respetuosa: “ellos ni saben que Olga se llama Olga, ni que Alessandra se llama Alessandra”, dijo refiriéndose a las personas que el ha retratado en el paso de Darién.
Por su parte, Ricardo Pava, en una entrevista al medio Nueva Mujer, después del desfile, dijo que no era su intención banalizar el dolor de los migrantes, que se inspiró en artistas que han trabajado el tema e insistió en que su hija también tuvo que emigrar en una situación difícil, aunque no entró en detalles. Pava dijo que tiene interés en trabajar talleres con las fundaciones que atienden migrantes.
La frontera entre moda, arte, denuncia y espectáculo
El arte y la moda muchas veces parte de una protesta social, expresa Deborah Kuzniecky, gestora cultura y presidenta de la Asociación de Diseñadores de Moda y Afines de Panamá. No es la primera ni la última vez que una temática difícil inspira, pero nunca debe ser una burla. Un ejemplo del arte tomando como referencia la migración por Darién es la exposición Surcos que exhibe por estos días en Panamá, el Museo del Canal, con artistas panameños, como Brook Alfaro, Cisco Merel y Gina de Dier. Esta exposición representó a Panamá en 2024 pasado en la bienal de Venecia.
En opinión de Kuzniecky, si el diseñador aprovecha el espacio y la exposición que tiene para hablar sobre la tragedia es algo positivo; la moda se ha utilizado muchas veces como un motor político. Puede abrir un espacio de conversación.
Lina Tchetchina, profesora de la Escuela de Diseño de Modas de la Universidad de Panamá, considera que ante temas desafiantes el público suele sentirse incómodo, algo que también ocurre en el arte. Sin embargo, señala que muchas veces la moda no es percibida como arte, y eso influye en la reacción del espectador. “Cuando la gente va a una pasarela, lo que espera ver es algo bonito”, comenta. Por eso, cuando se presentan temas que incomodan o que no se entienden del todo, como en este caso, es común que surjan críticas.
En su trabajo con los estudiantes de la escuela diseño, Tchetchina insiste en que a la hora de escoger temas sensitivos se deben tratar con cuidado e investigarse a profundidad: “Un tema como la migración requiere de un acercamiento también con asociaciones y fundaciones que atiendan a esta población”. Considera que en la muestra del creador colombiano faltó esa profundidad al tratar el tema.
La migración es parte de la moda
La controversia en torno a Nuda Vida permite abrir la conversación a un tema que toca no solo a esta colección, sino a toda la industria: la migración es una realidad que sostiene el mundo de la moda desde hace mucho tiempo. Diseñadores que emigran para abrirse camino, desde el dominicano Oscar de La Renta, la venezolana Carolina Herrera o la jamaiquina Rachel Scott, ganadora del premio de la moda femenina CFDA 2024 en Estados Unidos. Hasta costureras anónimas en talleres de todo el mundo, eso incluye Panamá.
Varias iniciativas para migrantes ofrecen talleres de costura. Uno de los ejemplos más conocidos internacionalmente es No Nation Fashion que nació en Bosnia Herzegovina con colaboraciones entre diseñadores locales y migrantes para hacer mascarillas reutilizables durante la pandemia, y que ha continuado con otras propuestas llevadas a la pasarela. Esta forma de vincular arte y desplazamiento humano lo hace no desde la representación, sino desde la participación directa. Quizás el verdadero reto para la moda no sea evitar temas difíciles, sino contarlos con la profundidad y el respeto que merecen quienes los viven.
* Suscríbete aquí al newsletter de tu revista Ellas y recíbelo todos los viernes.