Para Karla Navas, subir al podio ya no es una novedad. Lo hizo en la Copa del Mundo de Doha 2024 y es su tercera vez ganando oro en el Panamericano de Gimnasia Artística.
Pero esta vez fue distinto, porque estaba en su país. Nerviosa antes del salto decisivo, consciente de que podía lograrlo, se entregó a su rutina logrando una puntuación de 14.334, consagrándola como la ganadora del oro en la final de salto.
Karla, de 20 años, lleva consigo el orgullo de su país y la pasión de quien ha luchado desde niña por cumplir sus sueños. Más allá de sus saltos impecables y su puntaje ganador, es una joven que refleja la disciplina, la sencillez y las alegrías propias de alguien que sabe equilibrar el esfuerzo deportivo con su vida personal, disfrutando la música que la motiva y los momentos junto a su familia.
¿Qué se sintió ver la bandera de Panamá en lo más alto, sabiendo que estás en tu país y que tú la llevaste hacia allá?
A diferencia de lo que fue la Copa del Mundo en Doha, que fue uno de mis logros más grandes que he tenido en mi carrera, ver mi bandera aquí, en mi propio país, y verla de ese modo, que estaba súper grande, que estaba súper linda, fue increíble.
Fue una sensación de querer llorar, porque a pesar de que ya lo he logrado anteriormente, fue un logro con una sensación muy distinta. Un sentimiento de, ‘¡Guau!, lo logré aquí en mi país, y estoy cantando mi himno en mi país’, es un logro que hemos buscado por mucho tiempo también. Fue muy lindo, fue una sensación que dije: soy panameña y estoy muy orgullosa de serlo.
Justo en ese último salto, ¿qué era lo que pensabas antes de terminar la rutina?
Estaba muy nerviosa, anteriormente no me ponía nerviosa, simplemente me subía y hacía mis saltos, pero fue muy distinto, porque sabía que tenía la posibilidad de ganar el oro, y ganar el oro aquí en Panamá siempre ha sido uno de mis mayores sueños. Y la reacción cuando yo terminé de hacer ese salto, yo vi a mi entrenador y él me vio; en mi cabeza yo dije, ‘¡lo logramos!’.
Porque no solo fui yo la que me subí ahí, sino que fueron muchas personas, fue mi familia, fueron mis entrenadores, fue la federación, No Limits. Entonces, saber que lo había logrado aquí en Panamá porque también estaba muy reñida la competencia, fue muy lindo.
¿Tienes alguna rutina o cábala antes de salir a competir?
En realidad no, nada más me pongo a escuchar música. Estoy muy tranquila, y no tengo rutina en especial.
¿Hay alguna playlist en específico antes de entrenar?
En el Panamericano usamos muchas playlists panameñas, porque era como la vibra que teníamos en ese momento, mucha música panameña. Pero antes de eso siempre escucho mucho reguetón, no soy de escuchar música tranquila, porque eso a mí me da sueño, y yo no puedo hacer salto con sueño (risas).
¿Y qué canción en específico te gusta para entrenar?
Préndelo (risas). Esa en especial.
Mirando hacia los juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, tal vez para el resto, esa fecha se ve un poco lejana, pero para ti como atleta, ¿cómo te perfilas durante este proceso?
Los Ángeles nosotras lo vemos muy cerca. Es un sueño que ya está a la vuelta de la esquina, estos cuatro años van a pasar muy rápido, así como el Panamericano ya pasó, nosotros dijimos, bueno, en seis meses el Panamericano es aquí en Panamá y mira, ya acabamos el Panamericano.
Así mismo estamos pensando para Los Ángeles. En lo personal quiero estar en mi mayor rendimiento al 100%, porque es algo que he soñado por mucho tiempo, llegar a unos Juegos Olímpicos, y cómo no, llegar con un equipo. Queremos llegar con el mejor equipo que tengamos, las mejores niñas, llegar lo más maduras posibles, y también llegar a una formación de alto rendimiento perfecta.
Es lo que nosotras estamos aspirando con nuestros entrenadores y siento que esto es parte de la planificación, y nada más nos toca seguir al pie de la letra.
Karla tienes 20 años, has logrado muchas cosas siendo tan joven pero, ¿cómo equilibras tu vida siendo una atleta de alto rendimiento?
Mi vida es la gimnasia. Mi vida personal no existe desde que empecé en la gimnasia artística, siempre ha sido el deporte en todo momento.
Ahora con la universidad tengo un poco más de distracción en lo personal. Es prácticamente mi vida social, afuera del gimnasio. Pero igual en mi universidad se habla mucho del deporte, porque todo el mundo sabe que soy deportista.
Mi familia suele salir mucho, mi vida social es mi familia también, con ellos disfruto mucho los fines de semana, después de mis competencias, salimos a comer. Disfruto mi vida a mi manera, a la manera deportista y en realidad me gusta la vida que llevo.
Al principio era un poco frustrante porque solo era gimnasia, pero desde el momento en que entré a la universidad fue: ok, ahora sí empieza otra parte de un capítulo de mi vida, y sé que también la voy a disfrutar así mismo como disfruto la gimnasia.
Si pudieras hablar con la Karla de hace 10 años, ¿qué le dirías sabiendo todo lo que ha vivido, incluyendo las dificultades y frustraciones?
A esa Karla de hace 10 años, casi siempre ando hablando con ella, hace 10 años era una vida un poco más difícil, era una vida dura, que yo pensaba que no iba a lograr mis sueños, que era ser medallista, uno de mis mayores logros que tengo ahora. Esa niña que pensaba que sin tener recursos no iba a llegar, no iba a viajar, no iba a lograr lo que ha logrado, y saber que hoy en día no es solo eso, sino es la pasión y la entrega que yo le doy día a día.
Le digo a ella que no se rinda y que siga luchando por sus sueños, que sabe que lo va a lograr en algún momento, y que es parte del proceso de la vida de un deportista, y que disfrute.