Silvana Paternostro es colombiana, caribeña, narradora de no ficción y cronista como Gabriel García Márquez. Recibió clases de la mano de este Nobel de Literatura y sobre el padre de Macondo escribió la historia oral Soledad & Compañía, un título que hace homenaje a una productora de cine que intentó montar el autor de Cien años de soledad.

Paternostro tendrá dos participaciones durante el segundo Hay Festival Fórum Ciudad de Panamá. El martes 28 de enero, a las 10:00 a.m., conversará con el profesor Félix Gómez en el Auditorio Tomás Clavel de la Universidad Católica Santa María La Antigua, y el miércoles 29 de enero, a las 6:30 p.m., dialogará con la periodista Amalia Aguilar en el Museo del Canal.

Silvana Paternostro: ‘Gabo es una mezcla perfecta’

Cortesía/Marcela García


¿Qué te llevó a convertirte en periodista?

Fue una intuición más que una decisión estudiada. Siempre me atrajeron los periódicos. Desde niña. Veía a mi abuelo llegar a almorzar con el periódico y corría a leerlo. Era como entrar en el mundo. Y todos los días llegaba el mundo y sus cambios bajo el brazo. Y eso tan inmenso lo hacían los periodistas. El hecho de crear un periódico diario me llenaba de curiosidad.

Y así llegué al periodismo. Mi primera experiencia en una sala de redacción fue en Panamá, pues mi familia vivió en tu país de 1978 a 1987. Era estudiante de una universidad en Estados Unidos y en las vacaciones de verano trabajé en el periódico panameño La Prensa. Recuerdos muy, muy memorables.


¿Cuáles son los principales desafíos de los periodistas en esta sociedad digital?

Siempre, siempre, siempre leer mucho, cuestionar todo, confirmar datos, abrir la mente.


¿Qué papel juegan los medios hoy en una sociedad bajo la influencia creciente de las redes sociales?

Lo más importante es entender cómo funciona la manipulación de datos para así poder hacer un balance de las situaciones.


¿Cómo fue el proceso de escritura para el libro Soledad y compañía?

Empezó como una crónica para una revista en el año 2000. En el 2010 decidí convertir esas entrevistas en un libro que salió publicado en el 2014 y que presenté aquí en Panamá. ¿Te acuerdas? Lo presentamos juntos. El año pasado decidí actualizarlo y le agregué una tercera parte.


Parafraseando un título de Cortázar, ¿por qué queremos tanto a Gabo?

Gabo es una mezcla perfecta: un caribeño del común que nació genio y que con su talento, disciplina, rigor y buenos amigos se volvió el escritor más querido universalmente. Lo quiere el mundo entero porque el mundo entero ama sus obras. Claro está, que también tiene sus detractores.

Estuviste frente a frente con Gabo a través de las miradas de sus amigos para escribir Soledad & Compañía. ¿Qué se aprende de Gabo desde la perspectiva de los demás?

Que fue un genio y un mamador de gallo (alguien que se la pasa bromeando). Que tiene una disciplina de hierro. Que es un ser humano complejo como todos nosotros. La única diferencia es que tuvo la visión, el talento y la disciplina de escribir Cien años de soledad. Ahí su grandeza.


¿Qué recuerdos tienes de esos tres días en que fuiste su alumna y Gabo tu docente en Cartagena de Indias?

Claro que sí. Recuerdo cada instante. Es más, escribí una crónica después del taller. Se llamaba Tres días con Gabo. Tiene la misma estructura de las crónicas del náufrago (hace referencia al reportaje de Gabo Relatos de un náufrago), desmenuzé los tres días segundo por segundo.

Silvana Paternostro: ‘Gabo es una mezcla perfecta’

Fotos de Cortesía

¿Puede cohibir o incentivar que tu profesor sea un premio Nobel de Literatura?

Las dos cosas. Está en mi crónica. A mí también me pasó otra cosa. El premio Nobel se me convirtió en historia.


Para los periodistas del presente, ¿Qué nos dice hoy ese Gabo que fue reportero en su Colombia natal a mediados del siglo XX?

Que narrar es un género literario. Que ir a buscar historias en donde sea que estén es la única forma de ser buen periodista. Gabo se dio cuenta de la importancia del periodismo estadounidense, ojo de esos años noventa del siglo pasado, para la democracia y por eso empieza la Fundación para un Nuevo Periodismo hispanoamericano, hoy la Fundación Gabo. Ha hecho un aporte tremendo a crear conciencia y firmar periodismo ético y bien narrado.


¿Cómo llegó por primera vez a tus manos Cien años de soledad?

Gabo entró tarde a mi conciencia de lectora. Me salvé que no me tocó leer Cien años de soledad en el colegio, algo que es obligatorio en Colombia cuando tienes 13 años. El primer libro que leí de él fue El general en su laberinto, pues salió en los ochenta cuando ya estaba viendo a ver cómo hacía esto del periodismo narrativo. De ahí llegué al resto de su obra.


Pasado el tiempo, ¿has vuelto a releer Cien años de soledad?

La volví a leer el 2024 mientras hacía la repostería para mi crónica sobre la serie de Netflix que publicó la revista Vanity Fair. Nunca se puede parar de leer ese libro. Es una genialidad infinita.


¿Qué expectativas tenías de la versión en streaming de Cien años de soledad de Netflix?

Mucha, mucha, curiosidad. Ya vi los primeros ocho capítulos. No es la novela. Pero eso no importa. Ojalá los que la vean y no hayan leído el libro, vayan directamente hacia él. Ah, y si quieren entender más y divertirse más que también lean Soledad & Compañía. Es una gran tripleta. Recomiendo hacer las tres cosas a la vez.